sábado, 7 de enero de 2012

De la necesidad al hábito

Durante los primeros años de vida los niños/as presentan una serie de necesidades básicas que tienen que satisfascer, como son:
  • Alimentación.
  • Actividad o juego.
  • Descanso.
  • Higiene.
  • Vestido.
  • Socialización.
Son las personas adultas quienes asumen esa responsabilidad. Pero con el paso del tiempo los niños/as van mostrando una serie de capacidades, van creciendo, pueden y quieren hacer cosas por sí mismos. Los adultos deben empezar a delegar poco a poco en ellos la satisfacción de esas necesidades, para que vayan adquiriendo sus propios hábitos de autonomía.
Se convierte así, durante este período, la intervención del adulto en algo muy importante, ya que contribuirá al desarrollo de las bases de la autonomía del niño/a.
Cuando el niño/a sea capaz de ejecutar una conducta aprendida previamente en el momento oportuno, de forma adecuada y sin necesidad de control externo, se puede decir que el hábito está adquirido y, que por tanto, éste se ha convertido en una rutina.










4 comentarios:

  1. enhorabuena miriam!! muy bonito el diseño y muy útil la información

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  2. Hoy en día la paciencia es una virtud. Pero son muchas las ocasiones en que no disponemos del tiempo que nos gustaría para dedicarnos a nuestros hijos y en vez de "delegar" en ellos la realización de ciertas tareas, perdemos la paciencia y acabamos haciendo en menos tiempo lo que ellos tardarían más en hacer, coartando así sus posibilidades de acción y, por supuesto, su iniciativa. Debemos ser más pacientes si queremos favorecer la autonomía de nuestros hijos.

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